Somos muchos los catalanes orgullosos de nuestra tierra, historia y tradiciones, que en estos últimos tiempos podemos palpar la transformación y politización de las supuestas fiestas y tradiciones populares.
En referencia a la historia, no profundizaré puesto que es un tema largamente tratado con demostrada manipulación e invención de falsas historias paralelas. Sólo pondré el ejemplo del uso de Rafael de Casanovas, gran catalán y defensor de España, como así manifestaba el mismo. El independentismo oculta sus palabras en los actos del 11 de septiembre, cosa que durante muchos años hemos callado por no romper la sociedad. Pero ahora eso se acabó y los catalanes que queremos ser parte de nuestro país España, tenemos que dar un paso al frente y denunciar todas esas prácticas.
La mayoría de poblaciones de Cataluña, de norte a sur, de este a oeste, atesoran tradiciones concretas y específicas, algunas de ellas varias veces centenarias, muy bien documentadas, que son parte de su cultura popular y de la de nuestra tierra. Podemos ver municipios donde la tradición son los Castellers, otros en que lo son los Gegants, otros el Ball de Gitanes… Hay casi tantas tradiciones como pueblos tiene Cataluña.
Pero, ¡¡ojo!! Ha aparecido un nuevo fenómeno que os invito a analizar: la creación de una supuesta cultura popular sin raigambre y su apropiación por parte de movimientos independentistas y partidos por el secesionismo.
No penséis que es puro azar. En la mayoría de poblaciones se empieza por tomar el control de las entidades culturales centenarias y luego, poco a poco, se crean entidades nuevas de tradiciones que nunca han existido en esa población. Estas entidades tienen un fin común y un lema: “Dinamizar la Cultura Popular de los Países Catalanes”.
Podemos ver como en muchos municipios donde solo existía una tradición ahora aparecen infinidad de entidades culturales en cualquier acto. Y lo hacen en una gran mayoría de ocasiones con un fin político ya que aparecen banderas esteladas a diestro y siniestro, politizando los actos festivo/culturales. Eso sucede en los Castellers, en los Gegants, en los Bastoners, en los Diables, en los Trabucaires… y lo que llama más la atención es que en la mayoría de las ocasiones estas entidades están dirigidas por las mismas personas. Están en todos lados. Es lo que podríamos llamar el efecto “Mortadelo”
Como catalán todo mi respeto a estas tradiciones y toda mi repulsa y desprecio al uso que se hace de ellas. Los partidarios de la independencia se han apropiado de la cultura popular catalana y la utilizan como si sólo fuera patrimonio suyo y no algo que nos pertenece a todos los catalanes.
La cultura popular catalana no es patrimonio de nadie, la cultura no tiene ni puede tener ideología. Queremos que nos la devuelvan.
Jaume Gelada