Los indicios hacen sospechar que el partido político denominado Convergència Democràtica de Catalunya, esté afectado de una patología que le induce a sentir miedo y desconfianza de sí mismo.
Fundado el 17 de noviembre de 1974, va a cumplir 41 años de edad, pero, da la sensación de que todavía no es adulto porque no es capaz de andar solo por la vida, requiere de acompañamiento constante.
Primero necesitó el soporte de UDC y configuró CiU. Después se peleó con UDC e inmediatamente se alió con ERC y un variopinto ramillete de independientes y formó Junts pel Sí, candidatura que ganó las últimas autonómicas, pero, no con el suficiente margen para hacer lo que le diera la gana, lo cual ha sido didáctico porque ha conseguido que mucha gente haya abierto los ojos y haya descubierto lo trascendental que es un voto. Jugar con el voto es temerario.
A continuación y visto que el resultado obtenido por Junts pel Sí fue amplio pero corto, CDC ha buscado nuevos socios para las elecciones generales del 20-D y ha encontrado a dos que por sí solos nunca hubiesen participado en las generales porque el capital social o acervo de que disponen para hacerlo es exiguo, pero, CDC siempre tan complaciente con todos y tan solidaria con los menos afortunados, quiere darles la oportunidad de que se aireen y los electores los conozcan. Se trata de Reagrupament y de Demòcrates de Catalunya.
Así, con estas dos muletas, CDC va a presentarse a las generales con el rimbombante nombre de “Democràcia i Llibertat”.
La libertad la otorga la ley democrática. Desobedecer la ley es un atentado contra la libertad y la democracia. Los antiguos griegos, los inventores de la democracia, aunque asamblearia, decían: “el que no esté de acuerdo con la ley, ha de abandonar la ciudad”. La ley se puede cambiar pero siempre siguiendo los procedimientos de la propia ley, la cual ha sido promulgada conforme a los dictados universales de la democracia.
El título “democràcia i llibertat” ha de poner en alerta a los electores. En la práctica son conceptos sinónimos que unidos se transforman en un simple eslogan publicitario que suena muy bien, pero, lo único que pretende es camuflar una realidad, CDC, que está llevando al país hacia un océano con olas de más de catorce metros de altura. Lleva la nave a pique.
M. Riera