Después de la gran jugada
de Artur Mas i Gabarró,
proponiendo al amerense
amigo de los Pujol;
se entiende por qué no habló
Puigdemont, de corrupción.
Pese a sus antecedentes
y el ir siempre de “sobrado”,
es obvio que el honorable
sabe bien que está de paso
que, de independencia, nada
y colorín, colorado.
Esquerra Republicana
que és quien nunca ha engañado,
será dueña de la “pasta”
con Junqueras administrando;
y muy pronto el victimismo,
se transformará en llanto.
Se avecinan malos tiempos
y retrocesos cantados.
Se avecinan malestares
poco a nada deseados.
que el timón de Artur Mas,
sin remedio, se ha oxidado.
Francisco Barbachano