El pleno del Ayuntamiento de Mataró rechazó este jueves una moción del grupo municipal de Ciudadanos que pedía modificar el reglamento de uso de la lengua en el Ayuntamiento, para que toda la documentación de la Administración Pública fuera bilingüe y convirtiendo el castellano en cooficial junto al catalán. La propuesta fue rechazada con los votos de PSC, CiU, ERC, Volemataro, CUP e ICV-EUiA. La propuesta, además de por Ciudadanos, fue respaldada por el PP y la PxC. Todas estas formaciones han reivindicado que el bilingüismo que está presente en la sociedad tenga también su lugar en las instituciones públicas, mientras que las contrarias a la moción han defendido el cumplimiento de la ley con el actual reglamento de uso del catalán y han acusado Cs de querer imponer un «falso bilingüismo» para acabar «imponiendo» el castellano. La moción ha estado acompañada de polémica y en el pleno se hicieron presentes personas a favor y en contra de las diferentes posturas, aunque las segundas eran mucho más numerosas. Dentro y fuera del pleno, estuvieron presentes algunos vecinos y representantes de entidades con pancartas en defensa de la lengua catalana. En este sentido, la presidenta de la Coordinadora de Associacions per la Llengua (CAL) en el Maresme, Juliana Barcardí, lamentó el uso político de la lengua y advirtió que el uso del catalán es una «línea roja infranqueable».
Durante el debate se planteó la posibilidad de que saliera adelante un texto alternativo que presentó el gobierno municipal de CDC y PSC, y que proponía mantener la vigencia del reglamento municipal actual, pero proponía traducir al castellano la página web y la normativa municipal. Convergencia se acabó descolgando de la propuesta del gobierno dada la virulencia que cobró el debate y ésta tampoco prosperó. Convergencia justificó su cambio de posición sobre la marcha por que el debate había pasado de ser un tema administrativo a otro político.
El tono más agrio de la polémica lo ofreció el portavoz de la CUP, Julio Cuellar, quien tachó de «miserable» y «botiflera» la actitud del PSC, ya que consideró que ha utilizado la lengua como «moneda de cambio «con sus aliados de CDC. El alcalde, David Bote, le pidió que se retractara, pero el concejal independentista se negó.