No todo el mundo está de acuerdo con que el emblemático espacio arquitectónico de la Cúpula del Cementerio de los Capuchinos de Mataró – la antigua capilla- esté dedicado a muestras de Arte Contemporáneo. A raíz de la instalación escultórica del artista de Mataró, Albert Jaime, denominada Reflex, realizada entre los meses de junio y julio, han empezado a alzarse voces en el ámbito católico que cuestionan este uso que autorizó el Ayuntamiento de Mataró a partir de 2015. Albert Jaime instaló en junio en la cúpula del cementerio una escultura y el pasado día 2 de julio, dentro del ámbito de esta muestra, se realizó una intervención de danza contemporánea a cargo de la compañía In Vitro, en la que participaron tres bailarinas.
La publicación de información católica Infovaticana.com se hace eco de esta actividad artística, la critica y recuerda que el nuevo espacio de arte contemporáneo, la antigua capilla, no ha sido desafectada en ningún momento y que ello contraviene el convenio que en su día se estableció entre el Obispado y el Ayuntamiento de Mataró para ceder el uso a la ciudad.
“El uso para este tipo de performances de arte contemporáneo incumple una de las condiciones del acuerdo del Pleno Municipal del 4 de noviembre de 1982 y del decreto de dos meses antes del vicario general del obispado de Barcelona, que regularon la cesión del cementerio católico –propiedad de la parroquia de Santa María- al Ayuntamiento”, explican desde este medio que concretan que en este convenio “se establece como condición de la cesión del cementerio, la continuidad de la capilla a su conservación y que se mantenga su destino vinculado para tal con el fin de asegurar el culto católico”.
“La provocativa decisión –no exenta de esnobismo- de hacer arte contemporáneo en una capilla insertada por completo en el recinto de un cementerio, un acto que contraviene no solo la normativa sino el sentido común, fue tomada por el concejal de Cultura Joaquim Fernández (CDC) y la jefe de Acción Cultural del Consistorio, Gisel Noé, cuñada del biógrafo de Jordi Pujol, el periodista Emmanuel Cuyàs”, se comenta.