
Según la polémica generada a raíz de la utilización de la expresión Corona catalano-aragonesa en los libros de texto exponemos:
Que la denominación original que recibió tal conjunto de reinos fue corona de Aragón. La expresión corona catalano-aragonesa tiene como raíz la publicación en 1872 de “La confederación Catalano-aragonesa” por don Antonio de Bofarull y Brocá. Y nunca se utilizó antes de 1869, fecha en que el estudio realizado por Bofarull que dio pie a la obra obtuvo el premio del Ateneo Catalán de aquel año.
Que dicho vocablo surgió en el contexto de la Renaixença, en pleno auge de los movimientos nacionalistas y que fue creado con un objetivo político, y no solo histórico.
Que la expresión Corona o Confederación catalano-aragonesa, aparte de no ajustarse a la realidad pasada, excluye a dos grandes reinos españoles de la corona: Valencia y Mallorca. En caso de aceptar la hipótesis de denominar con nombre compuesto a la corona de Aragón, su nombre debiera ser, como mínimo, Corona aragonesa-catalana, mallorquina-valenciana. Añadiendo los reinos de Nápoles, Cerdeña y Sicilia según el periodo.
Que de los cuatro territorios españoles de la Corona de Aragón, todos eran reinos menos el de Cataluña. Ello significa que poner en lugar preeminente al único territorio que no era reino, protocolariamente no es adecuado.
Que por todos estos motivos, desde la AHCAC consideramos que la expresión válida es Corona de Aragón, ya que era la denominación con la que era conocida por sus habitantes. Corona catalano-aragonesa surge de un presentismo decimonónico que se aleja innecesariamente de la realidad, sobre todo cuando tenemos un apelativo secular, original e indiscutible para identificar dicho estado histórico.
Associació d’Historiadors de Catalunya – Antoni de Capmany