Al grito de “tonto el último”, y siguiendo la humana enseñanza de líder, cual presto, raudo y veloz, – mostrando con ello ser auténtico galgo, y no mero podenco,-, enfiló la carretera para poner la “pica en Flandes”,- previo puente de plata del CNI.-.; la que fuera líder de la C.U.P., Anna Gabriel, ha hecho lo propio en su sorpresivo viaje a Venezuela, cuyo objeto aparentemente sería , apoyar al peculiar populista Nicolás Maduro en las próximas elecciones; cuestionado líder, a quien la Corte Internacional está investigando por supuestos graves delitos de lesa humanidad.
Dicho imprevisto viaje según otros, sería tendente a eludir la acción de la justicia por supuestos graves delitos por los que a su vez, es susceptible de ser investigada, pues no ociosamente el día 21 tendría que declarar ante el Magistrado Llarena en el TS. De ser así, solicitaría previsiblemente, ser considerada exiliada por razones políticas, y muy posiblemente prosperaría en el régimen jurídico implantado por esa peculiar degradada “Revolución boliviana”.
El tiempo, como el mejor juez, nos ilustrará a modo de veredicto final cuál de las dos opciones o hipótesis es la correcta. Yo particularmente, me inclino por la segunda; aunque no obstante, no sería descartable que podría haber una “tercera alternativa” o prisma de cómo enfocar la aparente fuga. Esta sería mucho más romántica y en clave detectivesca, al estilo de Sherlock Holmes,- aquel entrañable y clásico detective creado por Arthur Conan-, y que tanto ha impregnado la novela moderna ( El nombre de la Rosa por ejemplo). Para ello, precisaríamos, conocer la esencia y el pensamiento de la misma Anna Gabriel, dentro de aquella máxima: “ por sus pasos los conoceréis”, premisa mayor, de la cual, podría deducirse la menor, “el verdadero objeto que busca”, el final de su caminar, su anhelo, algo así como diría nuestro querido A. Machado en el poema “Caminante no hay camino”.
Es notorio, que la ex líder de la C.U.P, entre varias cuestiones de Estado supuestamente importantes: 1) era partidaria de suprimir la estatua de Colón, -aún contra los propios actos, puesto que es evidente que previamente el soberanismo, lo había supuestamente adoptado como insigne figura patria-. 2) La expropiación de la Catedral de Barcelona – para terror de la propia Iglesia- y de más de seiscientos destacados aguerridos miembros de la curia, quienes estaban y siguen ocupados en el separatismo terrenal, en vez de preocuparse de las almas y unificación con lo celestial ( y así va con tales pastores, el diezmado rebaño). 3) Suprimir los tampax en la regla femenina, para ser sustituidos por las esponjas marinas – ante el lógico terror de los ecologistas-, técnica por cierto milenaria que se usaba para dicho fin por su gran capacidad de absorción. 4) La más curiosa, dicho por la propia Anna decía lo siguiente:
“Qué su ideario social, era tener los hijos en común, cuya educación correría a cargo de la tribu”.
Ello, equivaldría a intentar instaurar socialmente la poligamia como contraposición a la “oficial” monogamia imperante, la cual es verdaderamente curiosa, viendo la legión de parejas rotas, y las estadísticas públicas de todo tipo. Recordemos que en su día, salvo error, que al lograrse la certeza del 99,9 % en el estudio del ADN., en un proyecto con voluntarias, realizado por un conocido hospital, tendente a evitar enfermedades hereditarias, dio indirectamente como resultado que se detectaron un 10% de hijos extra-matrimoniales, dato que causó un gran revuelo social. Nada que ver afortunadamente, con la isla de Taiwán, donde dichos porcentajes, llegaban a un 30% .
Debemos pues convenir, que al menos dicha propuesta de Anna, no era muy alejada de la realidad extraoficial existente, Su olfato político, por una vez, había logrado encontrar un “talón de Aquiles” social, el cual, convenientemente utilizado, podría ser atrayente de una posible demanda social por muy inaudita que pareciese; y la verdad, conozco alguno, que ilusionado, hasta lo comentó con su mujer, y cuyo resultado fatídico fue ver como esta esgrimía la escoba como avezada espadachín, ¡por lo que prefirió, -por mera integridad física-, seguir profesando al menos oficialmente la monogamia!.
Pues bien, y retomando a la tercera vía del posible del viaje a Venezuela, decir que es un dato objetivo, que en la jungla venezolana, existe y se practica la “poligamia”, concretamente en varias tribus del Orinoco, Amazonas, y que se extienden incluso hasta Colombia, pues para ellos, no existen fronteras físicas. Viven en casas comunales de unos quince miembros y sobre el rio, costumbre de estas veintiséis tribus que componen la etnia “warao”, que llevó a los conquistadores españoles a asimilarlo a Venecia, de donde surgió el topónimo de Venezuela. En una de ellas, los “piaroas”, el hombre se especializa en la caza y pesca, mientras la mujer atiende las tareas domésticas y familiares, y aún pese a la penetración del cristianismo, determinados miembros solo inminentes, -pues rechazan las clases sociales- practican la poligamia (caciques, chamanes…).
También están los Tsatse, gente pacífica, también con gran respeto a los animales y al entorno físico donde conviven, que tienen como grandes valores las libertades individuales, la autonomía personal de cada individuo, un igualitarismo similar al anarquista donde nadie está a ordenes o instrucciones de nadie, que rechazan tanto la violencia física o verbal, que desprecian al que no controla sus emociones, y que huyen en caso de panoramas caóticos; relajándose con los alucinógenos y adorando también a los espíritus de la selva, los “Habu”, quienes controlarían la naturaleza. En definitiva, viven en armonía, equilibrio y paz, siendo los originales dueños de la selva, cuya cultura, dicen se remonta a más de diecisiete mil años A.C., considerándose hijos de la pareja creada por “Wahari”.
En definitiva, un auténtico paraíso aún virgen en la Tierra, un vergel y oasis de paz alejado de tanta tecnología, horarios, leyes y reglas, que precisamente, no eran lo fuerte de Anna, a quien lógicamente, le desagradaban las a veces extremadas duras críticas que recibió, por lo que no sería descartable que intentara hacer realidad sus sueños, pues a veces, “solo algunas veces”, los sueños no lo son; ¿ y por qué no, pensar que se ha desprendido de las ropas, dejado los perjuicios, y que ha encontrado físicamente esa república utópica que predicaba Tómas Moro?.
Si esa fuera la explicación, desearle suerte a Anna, pues sería al menos señal de valentía y coherencia con sus principios, y sinónimo de un “final romántico” de la llamada de la selva, muy alejado de una posible cobardía que le atribuyen. ¿Tendrá razón finalmente la frase de “elemental” de Sherlock, o ganará el realista Watson?, ¿Quijote o Sancho?; ¿idealismo, miedo, prudencia?. Por lo de pronto, “intriga”. Mientras, ¡se admiten apuestas!.
Una última y juguetona pista al estilo de Vargas Llosa: “ No todo lo que aparenta es real”, caso del viaje relámpago en su día de Carmen Forcadell a Etiopía,- donde todos pensaban que era una fuga de la justicia como resultado de sus previos actos ilegales en el Parlament-. No obstante, no por casualidad, eligió uno de los “dos” únicos países de la Tierra, donde existe propiamente el “derecho de decidir” en su legislación interna; no eximida naturalmente de un rígido requisito casi insalvable, cual sería superar los 2/3 de los votos del Parlamento; por lo que para mí gusto, ¡ hasta se podría haber evitado el viaje!.
José Manuel Gómez