Cuando estalló la gran crisis económica en 2.007 a nivel mundial, se produjo, desde todas las grandes instancias políticas y económicas, una simultánea y clamorosa, en sentido figurado, exclamación: “YO NO HE SIDO”. Nadie había causado nada. Nadie. Nadie sabía nada. Nadie. Es por eso que no se pudo predecir el tsunami que se nos vino encima. Esta y no por ser la primera fue una de las grandes falsedades que se han lanzado sobre las grandes víctimas del desajuste brutal que se produjo en el ordenamiento económico. Desde las instancias meramente políticas y como no podía ser de otra forma (es su modus operandi habitual en cualquier circunstancia negativa) empezaron a repartir culpables, vigilando eso sí, no tocar a sus colaboradores más cercanos de los ámbitos económicos.
Algunos países reaccionaron antes y “mejor” que otros. Algunos, con el agua al cuello seguían negando el gran escape de agua y la barrida feroz del tsunami referido. Esto se producía desde el ámbito político, absolutamente inútil ante casos como el que nos ocupa en todas sus vertientes. Es más, su posición generalizada sobre todo en Europa se sustentaba en defender su puesto alegando que el problema había sido imprevisible y que por supuesto el origen del tsunami estaba lejos de sus respectivas fronteras. Los políticos, abrumados e inutilizados por la realidad hicieron oposiciones para ganar en el concurso de quién decía la estupidez mayor y a ser posible más original. No hubo un ganador claro. El premio quedó vacante porque sonrojaba al “tribunal” y prefirió mirar hacia otro lado.
Pero, entre bambalinas, los grandes poderes que dominan el mundo y manejan a su antojo a los gobiernos que se creen autosuficientes y libres, sí que buscaron culpables. Sí que tenían mucho interés en inundar de información interesada los medios de comunicación de cualquier parte del mundo. No quisieron, porque hubiera sido contraproducente para sus intereses perpetuos señalar un país como entidad, ni a un gobierno, ni a ninguna instancia económica de relevancia. Se inventaron una para satisfacer las ganas de saber del pueblo llano, básicamente la llamada clase media. Hicieron caer a Lehman Brothers (Banco de Inversión EEUU.). A cualquier mínimo observador no se le escapó que la FED. (Banco Central EEUU.) rescató a prácticamente todos los Bancos de su país a través de una ingente cantidad de dólares imprimidos por la mencionada FED. ¿Y por qué no con Lheman Brothers?. Era una entidad histórica, emblemática…pero alguien tenía que cargar con la explicación oficial. A el gran poder no le suscita demasiado interés el saber de la ciudadanía. Pero en su afán de controlar a la masa no quería despreciar la posible y excesiva característica de menosprecio que siempre han tenido con la clase media. Y fueron cautelosos. Decidieron dar explicaciones a su manera aunque con ello se sacrificara una entidad financiera que no era peor que las demás que fueron rescatadas con dinero inventado (sobre eso escribiré otro artículo, en otra ocasión). Todas las entidades financieras del mundo, cada una con su peso y característica y siempre con alguna excepción, se lanzaron a dar créditos hipotecarios como quien reparte publicidad en cualquier esquina cerca de una pizzería inaugurada recientemente. Pero para poder hacer esto las entidades tenían que emitir bonos u otros activos que la gente les comprara y con este fondo poder prestar. Estos activos, y su evolución, estaban respaldados por los bienes inmuebles que eran sujeto de las hipotecas concedidas. ¿Qué pasó?. Que la clase media ,COMO SIEMPRE EN LA HISTORIA, se endeudó para comprar viviendas (de primera y/o segunda residencia). Las entidades cercanas a sus clientes le ofrecían facilidades (los tipos de interés eran muy bajos. Como ahora) de todo tipo. Financiaban casi el 100% del valor que se quería adquirir. Era muy usual que la gente saliera de su sucursal con su crédito hipotecario…y con otro al consumo que en principio y al final no necesitaban ni habían pedido. La clase media empezó a crecer. Empezó a tocar con los dedos la manzana prohibida. Había trabajo, había dinero en circulación y muy barato. Al final se creó la famosa burbuja. Había que hacerla estallar. El gran poder (desconocido por los mortales medios e incluso por un gran sector de mortales de primera) decidió que la clase media se estaba excediendo. Se acercaba a un bienestar que solo está permitido para los elegidos. ¿Cómo lo hicieron?. Pues cerrando el grifo de la liquidez. Al no tener acceso el gran público a lo que habían tenido acceso hasta hacía muy poco tiempo, los precios de los inmuebles empezaron a bajar al bajar la demanda (ley de la oferta y la demanda). Vaya: que los precios de los bienes inmuebles cayeron de forma súbita y contundente. Recordemos lo que he referido más arriba. Las entidades tenían sus activos emitidos ligados a la evolución de los inmuebles que financiaban. Al caer unos….cayeron los activos que los respaldaban. Lógica financiera. El colapso económico estaba servido. La gran víctima: la clase media que de pronto se encontró con una devaluación de su vivienda pagando una hipoteca sobre la misma que fue contratada para la adquisición de un bien valorado mucho más alto que después del estallido.
¿No oyeron ustedes esto en muchas ocasiones?: la clase media se ha excedido. Ha querido vivir por encima de sus posibilidades.” Por encima de sus posibilidades”. Esta frase se acuñó a fuego para que todos nos sintiéramos culpables de nuestra pobreza. Porque a consecuencia de ello, se destruyeron millones de puestos de trabajo y otras consecuencias que fueron aflorando de forma piramidal de arriba abajo.
Sí, se decía hasta el cansancio. Y sin ningún escrúpulo: la clase media ha ocasionado la mayor crisis desde 1929. Esta losa pesada e inhumana la hemos ido arrastrando desde el año 2.007 hasta nuestros días. Una vez más la manipulación de la verdad se convirtió en verdad indiscutible. La mentira había vuelto a funcionar.
Los Bancos Centrales de mayor calado mundial (Bank of Tokio, la FED.,el Banco Central de Inglaterra y el BCE.) unos antes y otros después se hincharon a imprimir billetes sin respaldo de reservas suficientes de oro…para salvar los muebles a entidades e instituciones básicas para que el gran poder pudiera seguir su camino indómito.
Y se habla, después, de recuperación económica. Falsa. Tan falsa que se explica de la siguiente manera: se ha utilizado dinero inventado, los tipos están, en cualquier período tan bajos como en negativo (impropio de una economía europea fuerte. Demostración, pues, de la falsa recuperación). Falsa porque, y ahora me ciño en mi país España, porque hay una elevada tasa de paro (16,7% sobre población activa, último dato de la EPA) por supuesto por debajo del 24% en la que llegamos en los peores momentos. La precariedad laboral es lacerante y los salarios no se corresponden a esta pretendida recuperación económica. La clase media jamás volverá a ser la misma. Pero cuidado, y acabo porque llego al límite de páginas a escribir…vuelven a subir los precios de la vivienda y los alquileres. Los Bancos que tanto criticaron, también, a la clase media (manda huevos…perdón) vuelven a publicitar su activo estrella y que hasta hace poco era satanizado: el crédito hipotecario. La clase media está a punto de volver a ser la gran culpable de su miseria.
Disfruten del verano. Lean libros de calidad, que los hay y muchos de grandes autores españoles. Desconecten y sean felices . Mediten, si quieren, lo que he escrito. No por atención a mi persona. Solo para preparar, si les sirve, su defensa ante el Alto Tribunal.
Miquel Casals Planas