Más de 50 personas voluntarias se coordinan por turnos para vigilar un nido de tortugas careta que ha aparecido en la playa de la Conca, en Malgrat de Mar. Una supervisión que se alargará durante este mes con guardias de unas tres horas para cubrir toda la jornada, incluso por las noches. La gran mayoría son vecinos del municipio, pero también los hay de la comarca y una familia de Osona que aprovecha la estancia en la playa. Los voluntarios están acompañados de la Brigada Joven de Malgrat, que cuida de los huevos, el correcto desarrollo y también informa a los bañistas que se interesan por la situación.
El día a día de los voluntarios en la zona habilitada es ameno, tal y como ha explicado Jordi Massana, vecino de la localidad costera. «Se comprueba que todo esté correcto y se vigila que la gente no acceda», señaló, precisando que el tiempo le pasa «charlando, jugando a cartas». «A veces, no conoces a la persona con la que haces guardia y se puede establecer un vínculo», ha añadido.
Massana, con experiencia en temas de voluntariado, es la primera vez que hace uno de este tipo y se enteró a través del Ayuntamiento. Precisamente, el consistorio tiene en su página web un formulario para inscribirse en el voluntariado y, a partir de ahí, se establecen los turnos.
El voluntariado está acompañado de la Brigada Joven de Malgrat, formada por siete estudiantes. Por las mañanas, entre las 9 y las 10 de la mañana, y por las tardes visitan el área restringida para tomar la temperatura y comprobar que no haya ninguna alteración. «Para ir bien debe estar entre 28 y 30 grados», ha precisado Izan López Vergel, uno de los integrantes de este proyecto local.
Su labor no se limita a examinar el nido, también informan y sensibilizan sobre la importancia de esta especie a los usuarios. «En general, la gente está muy interesada», ha dicho López, quien ha destacado «la colaboración ciudadana».
Un particular alertó el pasado 26 de junio de la presencia del nido. Alrededor de una cuarentena de huevos los trasladaron a las instalaciones de la Fundación para la Conservación y Recuperación de Animales Marinos (CRAM) en El Prat del Llobregat y en el Centro de Recuperación de Anfibios y Reptiles de Cataluña ( (CRARC) en Masquefa (Anoia). La última vez que hubo este reptil en las playas de Malgrat fue en el 2011.
La temporada de la cría de esta especie de tortuga comienza en junio y se alarga hasta finales de octubre. La nidificación en el Mediterráneo se inició hace unos 12 años. Hasta entonces estos ejemplares sólo habían pisado el territorio para alimentarse. El año pasado no se localizó nido alguno en la costa catalana, mientras que en el 2021 se encontraron cinco.