Este sábado al mediodía abrió sus puertas el Museo del Turismo de Calella. Se trata de una instalación singular, única en el mundo por sus características y finalidad, pero que ha despertado numerosas críticas en cuando a su coste, superior al millón de euros. El Museo del Turismo explica, a través de diferentes materiales, la historia de los 63 años del turismo vacacional en Calella. Montserrat Candini, durante la inauguración, tuvo palabras de agradecimiento para los impulsores del equipamiento Jordi Ten, Cristóbal Villegas, ya desaparecido, y para Josep Gibert. Un proyecto avalado, recordó Candini, por la Organización Mundial del Turismo, «por su singularidad única».
El acto contó con la presencia del conseller en funciones de Empresa de la Generalitat, Felip Puig y con la presidenta de la Diputación de Barcelona, Mercè Conesa, dos administraciones que junto con el ayuntamiento han colaborado en hacer realidad el museo. Ambas administraciones han asumido el 70% del coste de su puesta en marcha, superior al millón de euros.
Felip Puig, destacó «la fuente de riqueza que representa el turismo, aunque no la única para el país». Según el consejero Puig, el «turismo es una gran política de Estado, ya que nos sitúa y nos muestra en el mundo». Mercè Conesa, destacó que el ente que representa apuesta de una manera decidida por «un Museo del Turismo que pondrá de referencia el sector desde una perspectiva local a una perspectiva mundial» . La Diputación apoyará y promocionará este equipamiento en sus planes turísticos.
Una veintena de personas convocadas por Podem Calella se manifestaron ante las puertas del Museo del Turismo para volver a rechazar el alto coste económico que ha tenido el proyecto. Un dinero que consideran podría haberse empleado para temas de emergencia social. La oposición en pleno del Ayuntamiento de Calella, a excepción del PP, cumplió con el anuncio hecho el viernes de no asistir a la inauguración por coherencia con la crítica y el rechazo que han mantenido ERC, la CUP e ICV para con este equipamiento que consideran desproporcionado e innecesario. Por el contrario, numerosos vecinos no quisieron perderse el evento y acudieron a conocer el nuevo espacio. Algunos vecinos de otras poblaciones del Maresme, entre ellas el alcalde de Mataró, David Bote, también quisieron estar entre los primeros en pisar el nuevo equipamiento cultural y turístico.