Hay esperanza para buena parte de las 6.600 hectáreas de pino piñonero del Maresme enfermas por los ataques que están sufriendo por parte de tres plagas: el escarabajo Tomicus, la oruga procesionaria y los hongos. Los últimos informes apuntan a que unas 40 hectáreas son ya irrecuperables – en una primera estimación de hablaba de 600 en situación muy grave- y por lo tanto hay que cortarlas, pero el resto, esas 6.560 hectáreas restantes, aún se pueden salvar. Si no se actúa, informan desde el Consell Comarcal del Maresme, la situación aún se agravará más.
Consell Comarcal, Ayuntamientos, Diputación y Generalitat trabajarán conjuntamente desde hace semanas en ello y ya se han obtenido los primeros resultados. Por el momento, indican desde el Consell, la Generalitat y la Diputación se han comprometido a dotar de recursos un plan de actuación que permita salvar los bosques del Maresme. Estas ayudas se canalizarán a través de las dos asociaciones de propietarios forestales que hay en la comarca: El Parc Serralada Litoral Central y El Montnegre Corredor. “Es necesario, pues, que los propietarios que tengan árboles afectados, contacten con la asociación que territorialmente tengan adscrita”, explican desde el Consell.
También se han mantenido reuniones con los ayuntamientos de la comarca para coordinar las actuaciones a emprender desde los servicios técnicos y mantener una única línea de información ciudadana. El Consell Comarcal les ha hecho llegar unos opúsculos especificando las medidas de prevención y control de las plagas y de actuación para retirar los árboles muertos, tanto en zonas urbanas como forestales.
Tal y como hizo público el Consell Comarcal el pasado 23 de mayo, los pinares del Maresme están sufriendo los efectos del cambio climático. Las situaciones de sequía y de olas de calor, agravadas por una falta de gestión forestal eficaz, han debilitado los árboles dejándolos sin recursos para contrarrestar las plagas. Además, están sufriendo simultáneamente los ataques de tres plagas: la Procesionaria, del hongo Thyriopsis halepensis y del escarabajo Tomicus destruens. A estas alturas, se han detectado ejemplares afectados en mayor o menor manera en todos los municipios del Maresme.
“La situación requiere de una intervención urgente, tanto para retirar los bosques los árboles muertos como para proteger aquellos ejemplares que, a pesar de estar afectados, pueden ser salvables”, concluyen desde el Consell.