La CUP ha acusado al señor Mas y a sus muchachos de “ser incapaces de pactar nada” y de que les “hace falta más inteligencia política”.
La CUP ha dado de lleno en el clavo y ha dicho lo que muchos, muchísimos, catalanes piensan desde el 25 de noviembre de 2012.
No sólo lo piensan los catalanes, lo piensan también el resto de españoles y los pocos europeos que siguen la eufórica utopía independentista de una región de España.
Si el señor Mas y su séquito tuvieran capacidad de pacto, no estarían haciendo el ridículo que están haciendo. Hubiesen demostrado capacidad de pacto rompiendo las negociaciones en el momento oportuno y buscando otras alternativas más racionales. A los catalanes que les motiva su tierra, se sienten avergonzados y claman para que JxSí se olvide para siempre jamás de la CUP y la convierta en un grupo residual o en una anécdota.
Los separatistas de CDC se han sacado de la chistera una nueva coalición denominada “Democràcia i Llibertat” comandada, sin celebrar primarias ni nada que se le parezca, por el inefable señor Homs y éste ha proclamado desde una emisora de radio que su intención es acudir a Madrid para “dialogar, negociar y pactar”.
Ahora, de pronto y sin haber seguido un cursillo intensivo preparatorio, se han caído del caballo y se han dado cuenta que saben dialogar, negociar y pactar.
Sin embargo, nadie se cree que estén capacitados para dialogar, negociar y pactar excepto, claro está, los votantes que van a otorgar, según pronostican las encuestas, a DiL 9 diputados.
Es incomprensible que los acólitos de CDC toleren sin rebelarse que se juegue con ellos de la forma que se está haciendo. Primero destruyen CiU, después montan JxSí y por último fabrican DiL. Todo sin contar para nada con la opinión de afiliados ni simpatizantes. Ellos se lo guisan y ellos se lo comen y hay gente que lo permite y para premiar su indiferencia hacia el pueblo, les vota. Es un caso único en el mundo.
M. Riera