El expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, fue nombrado hijo adoptivo de Premià de Dalt. El municipio también le dedicó una plaza y llegó a tener una estatua que tras ser derribada, poco después de que confesará haber evadido impuestos, no fue finalmente repuesta en su pedestal. Por el momento, pero, ni el título ni la plaza peligran. Y eso que la CUP de Premià de Dalt quiere que el municipio le retire todos estos honores a causa del proceso judicial en el que se encuentra inmerso. De hecho, la formación independentista, que está presente en el consistorio local con el nombre de Crida Premianenca quiso entrar una moción en el último pleno en la que pedía la retirada de los honores a Pujol. El equipo de Gobierno, de CiU y ERC, no dejó ni siquiera que se incorporara al orden del día, fuera presentada, discutida y votada. La razón, se justifica desde el gobierno, es “porque ya se había hecho antes”. Concretamente se señala que el pleno ya aprobó en noviembre de 2014 que sobre esta cuestión no se decidirá nada hasta que haya sentencia firme.
En julio de 2014 el grupo municipal del PSC de Premià de Dalt presentó la primera petición para que el municipio retirara el monumento, el nombre de la plaza donde estaba el monumento y el título de hijo adoptivo al ex presidente de la Generalitat. Premià no es el pueblo natal de Pujol, pero pasó allí temporadas de su juventud. Se da el caso de que la plaza y la estatua de Jordi Pujol en el municipio surgió de una iniciativa del equipo de gobierno de 2004 a 2006 formado por el PSC, ERC, ICV, Acción Ciudadana y una concejala no adscrita, y en 2011 y por unanimidad, se decidió poner el nombre de Jordi Pujol a la plaza y al monumento. Antes, en 1997, Pujol fue declarado hijo adoptivo.