
Los vecinos de la calle Miquel Martí i Pol de Sant Cebrià de Vallalta han recibido una notificación del Ayuntamiento informándoles de la aprobación de una moción que acuerda cambiar el nombre de la calle para rebautizarla como calle del 1 de octubre. La comunicación, sin embargo, era incompleta, ya que la voluntad del gobierno de Sonia Scafa era pedirles su parecer al respecto. La confusión ha generado cierta polémica y muchos vecinos han interpretado que pronto se les cambiaría el nombre de la calle. Scafa asegura que a pesar de las «presiones» de los partidos independentistas no lo hará e incluso anima a los vecinos a presentar alegaciones contra la moción y a recoger firmas para que se mantenga el nombre original.
El origen de la polémica radica en la moción aprobada el 9 de noviembre de 2017 por la CUP, ERC y el PDeCAT, que pedía cambiar el nombre de la calle Miquel Martí i Pol por 1 de octubre, en recuerdo al referéndum de autodeterminación celebrado un mes antes. De hecho, esta es la calle donde está la escuela Pi Gros, sede electoral del 1-O. Aquel día, un amplio despliegue de la Guardia Civil formado por más de 200 agentes irrumpió en la escuela para intentar evitar las votaciones. Durante la intervención de la policía hubo algunas cargas y porrazos contra los vecinos que querían proteger la escuela para garantizar que se pudiera votar. En el posterior registro en el centro, los agentes también hicieron algunos destrozos en el interior pero no encontraron urnas ni papeletas. Desde el día siguiente de los hechos, desde el Ayuntamiento se ha querido poder conmemorar los hechos, pero no hay acuerdo en cómo hacerlo.
Scafa explica que su propuesta pasa por poner una placa conmemorativa en la escuela pero asegura que como alcaldesa «no es nadie» para cambiar el nombre de una calle «y menos si está dedicado a Martí i Pol». La alcaldesa también reprocha a los partidos independentistas que tampoco acepten poner el nombre del 1 de octubre a otra calle. La alcaldessa de Sant Cebrià de Vallalta lamenta la confusión que se haya podido generado en el municipio por culpa de un «mensaje mal comunicado» por parte del Ayuntamiento e insiste en que ha decidido interpelar a los vecinos ante las continuas «presiones» del resto de concejales, que son mayoría en el pleno municipal. En este sentido, hay que recordar que Sonia Scafa, de la agrupación independiente Agrupació de Veïns Sant Cebrià (AVSC), gobierna en solitario un gobierno unipersonal desde hace casi medio año después de que el pasado mes de marzo decidiera cesar todos sus concejales por falta de confianza.