El juzgado del contencioso administrativo número 12 de Barcelona ha ordenado al Ayuntamiento de Teià que vuelva a colocar la bandera española en el exterior del edificio, junto a la bandera local y la de Catalunya. Según ha informado el Ayuntamiento, la orden que está fechada el pasado día 9 de septiembre, es “firme e inapelable”, y tienen un plazo de dos meses para cumplirla.
La no ejecución de la sentencia en el plazo fijado conllevaría la imposición al alcalde de Teià, el republicano Andreu Bosch, de multas de entre 1.000 y 2.000 euros y la apertura de diligencias por la vía penal.
El gobierno municipal, según ha informado, acatará la resolución judicial y colocará la bandera pero propondrá que en el exterior del edificio conste una placa con la inscripción que la bandera española ondea “por imperativo legal”, una vez se agote el plazo legal para ejecutar la sentencia, haciendo constar la fecha de ejecución.
El alcalde de ERC, Andreu Bosch, y el gobierno municipal lamentan la sentencia consecuencia de lo que consideran “una persecución legal obsesiva a que la Delegación del Gobierno del Estado en Barcelona”, somete a los ayuntamientos “ como medida de ostentación de poder”, y denuncian públicamente “el exceso de celo de la delegada del Gobierno, sólo preocupada desde su nombramiento por cuestiones identitarias con el objetivo de españolizar los ayuntamientos en contra de la autonomía municipal”.
En la anterior legislatura, el Ayuntamiento de Teià, tras recibir la petición de la delegación del gobierno en la que le instaba a atenerse a la legalidad y a colocar todas las banderas, y hacerle caso omiso, vio como ésta presentaba un recurso ante la justicia ordinaria. El Ayuntamiento se defendió a través del asesoramiento jurídico de la Associació Catalana de Municipis y la Associació de Municipis per la Independència. Al final, como ha sucedido en otros casos, la justicia ha dado la razón a la delegación del gobierno y ha obligado al Ayuntamiento a restituir el símbolo de España en el sitio que le corresponde.
Teia llevaba ya 12 años sin la presencia de la bandera española en el edificio consistorial. A finales de 2003 el gobierno de entonces, que encabezaba precisamente Andreu Bosch, tomó la decisión de reducir los símbolos presentes “en favor de los símbolos nacionales de Catalunya”.