
La Guardia Civil, en el marco de la operación
«Heyho», ha intervenido en Cataluña 2.700 kilos de marihuana
procesada, la mayor incautación en España hasta la fecha de este tipo de droga.
Hay 25 personas detenidas de diferentes nacionalidades: británica, holandesa,
española, rumana, moldava, lituana y brasileña, con edades comprendidas entre
los 20 y los 60 años, que residían en las localidades de Mataró, Castedefells
(Barcelona) y Calafell (Tarragona). Los máximos responsables de la organización
eran británicos y holandeses.
Además, se han desmantelado dos plantaciones de marihuana en las localidades de
Cabrera de Mar (Barcelona) y Calafell (Tarragona) y se han intervenido 98 kilos
de hachís.
En uno de los registros efectuados en Cabrera de Mar fue descubierto un laboratorio completo de transformación de derivados del cannabis, donde se elaboraban cápsulas de vidrio de hachís líquido en forma de dosis individuales.
La investigación se inició el pasado mes de abril tras la incautación de 400
kilos de marihuana y 20 de hachís, camuflados en un camión de palets de
verduras y hortalizas en La Junquera (Girona), cuando intentaba salir del país
con destino a Holanda.
Se descubrió entonces la existencia de una organización criminal dedicada al
cultivo, preparación y distribución de marihuana y hachís con varias células
activas y relacionadas entre sí, cuya actividad se localizaba en distintas
puntos de Cataluña y el País Vasco
Modus Operandi
Esta estructura criminal funcionaba con una célula central que, bajo fuertes
medidas de seguridad, estaba encargada de recoger diariamente grandes
cantidades de marihuana, bien de plantaciones o bien de intermediarios y,
posteriormente, las ponía a disposición de otras células que materializarían la
exportación.
Para completar la actividad disponían también de dos plantaciones
«indoor» (interiores), hidropónicas y muy sofisticadas donde
cultivaban y preparaban marihuana ya procesada. En estas plantaciones se
intervinieron ‘plantas madre’, capaces de producir potencialmente decenas de
miles de esquejes a corto plazo, típicas de explotaciones ‘indoor’ de alto
rendimiento.
Una vez lista la droga, la distribuían a Holanda y Reino Unido en camiones,
camuflada en objetos varios como material deportivo (sacos de boxeo), pufs de
decoración u oculta tras balas de alfalfa para consumo animal, recipientes de
vino y cerveza o palets de verdura y hortalizas.
El entramado criminal se componía de cinco células y utilizaban un entramado de
empresas ficticias, con alguna de ellas registrada legalmente pero sin
actividad lícita comercial, para dar apariencia legal a las actividades que
realizaban.
Se han realizado registros en 17 domicilios y naves industriales de los
integrantes de la banda donde se han intervenido 160.000 euros en metálico
(75.000 de los cuales estaban enterrados en el suelo del garaje de uno de los
líderes de la organización), efectos relacionados con la preparación de la
droga para su venta y un arma de fuego modificada y en perfecto estado para ser
utilizada.
Debido a la inteligencia obtenida por los agentes durante la investigación,
pudieron controlar los movimientos de la organización para interceptar los
camiones llenos de droga a su paso por puntos de control fiscal y fronteras
camuflando las intervenciones focalizadas como controles aleatorios y así
intervenir la droga sin ser alertados.
En uno de los registros efectuados en Cabrera de Mar fue descubierto un
laboratorio completo de transformación de derivados del cannabis, donde se
elaboraban cápsulas de vidrio de hachís líquido en forma de dosis individuales.
En Castelldefels, durante uno de los operativos policiales para la detención de
estos individuos, dos de los integrantes de la organización estuvieron a punto
de atropellar a dos agentes y embistieron su coche contra el vehículo oficial
de la Guardia Civil que se había colocado para cortarles el paso. Finalmente
tras producirse solo daños materiales, fueron detenidos.
A los detenidos se les imputan los presuntos delitos de pertenencia a
organización criminal, contra la salud pública, tenencia ilícita de armas,
falsedad documental y una defraudación de fluido eléctrico estimada en 85.000
euros.
Las detenciones de los integrantes de la organización criminal se han realizado
en las provincias de Barcelona, Tarragona, Girona y Vizcaya.
En la operación han colaborado estrechamente agentes de las Policías Locales de
los municipios de Llinars del Vallés (Barcelona), Sant Esteve de Sesrosvires
(Barcelona) y de Lloret de Mar (Girona).
Han sido entregadas a Cruz Roja de Figueres (Girona), varias toneladas de
hortalizas y verduras utilizadas por los detenidos para ocultar la droga en los
camiones.