Dos ex alumnos de la escuela Mireia de Montgat han denunciado públicamente en las últimas horas haber sido víctimas de abusos sexuales cometidos por un profesor de religión que murió hace unos años. El primero de los dos, en un caso avanzado por el digital ‘El nacional’, hizo público el hecho ayer a través de Facebook después de que el arzobispo de Tarragona, Jaume Pujol, minimizara hechos similares de dos curas de su diócesis. La presunta víctima explicaba que el maestro de religión se masturbó ante sí al menos en dos ocasiones durante el curso comprendido entre 1984 y 1985, cuando él tenía 14 años. Hoy, otro alumno de aquel colegio explicó a ‘El Periódico’ que fue víctima de tocamientos del mismo maestro un año antes, cuando tenía 17.
En el mensaje de Facebook, la primera víctima relata que el profesor de religión, que le hacía de tutor, le pidió para charlar con él en una habitación. «Sólo de entrar, él me abraza. Huele a una colonia antigua, a veces aún la huelo», recuerda. El relato continúa con toda su crudeza: «Él se sienta en el sofá y me sienta encima de sus piernas mirando a la pared, mirando al niño Jesús. No lo veo, sólo siento un ruido extraño y pienso …» qué cojones hace? «. Trato de girarme, pero él me aguanta el cuello y no me deja. se está masturbándo … el maestro de religión. Qué asco. me mareo … su olor es penetrante y se mezcla con otros aromas … «.
A raíz de este caso, la segunda víctima se ha puesto en contacto este jueves, según explica ‘el Periódico’, para apoyarlo y para hacer público también su caso. Recuerda que «el día de los abusos» el maestro de religión y tutor lo llevó a una sala del colegio para hablar con él sobre el curso, que no le iba bien. Dice que una vez allí, el maestro le puso la mano en la pierna tres veces, la tercera con clara intención de subir arriba hasta los genitales, según el relato de la presunta víctima. De aquella escena recuerda, sobre todo, la «frialdad» del supuesto depredador sexual.
Según las víctimas, en aquella época la escuela pertenecía al Opus Dei. En 1990, sin embargo, cambió de manos, y los nuevos propietarios han afirmado hoy que no tenían conocimiento de ninguno de los dos casos. Han añadido que han abierto una investigación.