
Una juez de Arenys de Mar ha condenado a un hombre a dos años, seis meses y un día de inhabilitación para trabajar en un bar o comercio después de que echara a cinco personas negras de su establecimiento en 2016. La juez considera al propietario del bar como autor de cinco delitos contra los derechos fundamentales y las libertades públicas.
La juez también le ha inhabilitado para trabajar en el ámbito educativo o deportivo.
Según el relato de los denunciantes, los testigos y los dos Mossos que intervinieron, el propietario de un bar llamó a una de las personas que estaba sentada en la terraza de su local y le dijo que «no quería negros» en el local. La persona aludida pagó su consumición y salió a contarles lo que había pasado a sus cuatro compañeros, todos ellos también de origen africano. Entraron entonces a pagar sus bebidas y pidieron explicaciones al dueño, que reiteró su deseo de que abandonaran su establecimiento.
El acusado aseguró durante el juicio que todo era un malentendido y que el problema era que ocupaban mucho espacio y dificultaban el paso de otros clientes.El condenado también debe pagar 300 euros a cada uno de los cinco perjudicados.